Lo primero que destacaría es su amor por lo que hace, que además es capaz de transmitir. Las clases se desarrollan en un entorno muy acogedor en el que es fácil evadirse de las preocupaciones y centrarse en el trabajo que vas a realizar. No solo se aprende la técnica del Sumi-e, sino que este aprendizaje está acompañado de imágenes, lectura de textos, relatos de su propia experiencia y una taza de te. Todo esto unido ayuda a la tarea, a veces difícil, de centrarse en uno mismo y dejarse llevar.

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