El secreto de los cuatro maestros de la dinastía Yuan
La dinastía Yuan (1277-1367) es consecuencia de la invasión de China por los mongoles. Y aunque cabría pensar que, precisamente por eso, se trataría de una época de represión y censura que relegaría las artes a un segundo plano, la realidad nos permite constatar que no fuera así. El hecho de que muchos de los pintores de la época se alejasen voluntariamente de los circulos del poder y pusieran su creatividad al servicio de temas y motivos “banales” contribuyó a que no se les viera como un estorbo intelectual capáz de fomentar la aparición de una conciencia social crítica, contraria al sistema.
Los letrados cabales de la Dinastía Yuan, son los primeros que profesan tres artes de manera sinérgica. Son calígrafos, pintores y poetas. Su aportación principal a la tradición pictórica iniciada por los Song es, probablemente, el hecho de dotar a la pincelada de mayor libertad, imprimiendo al gesto de la mano una gran espontaneidad. Este hecho, unido a la forma en que experimentan con la tinta (más o menos diluida o concentrada), ha de convertir cada trazo en un experiencia íntima y conmovedora.
Es, precisamente a partir de pintores como Huang Gongwang, Wu Zhen, Ni Zan y Wang Meng (los Cuatro Grandes Maestros de los Yuan), cuando cada pincelada refleja el estado de ánimo, la sensibildad que parece surgir de la caja de resonancia interna en la que reside el alma del artista. Se habla entonces de saborear cada trazo, de escuchar y sentir el roce del pincel con el papel. Una sensibilidad que se ha mantenido hasta nuestros días y que compartimos quienes practicamos la pintura de tinta (Sumi-e).
A pesar de tratarse de pintores heterogéneos, coindicieron no solo en el tiempo y en el lugar, sino en su forma de concebir la vida.
Huang Gongwang (Dachi, 1269-1354)
Wu Zhen (Zhonggui o Meihua Daoren, 1280-1354)
Ni Zan (Yun Lin, 1306-1374)
Wang Meng (Huanghe Shanqiao, 1308-1385)
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